El sábado 30 de junio 2015 hubo un agujero en el espacio tiempo en el Puerto de Mar del Plata, más precisamente en la Casa Francesa de Mundo Dios. La conexión fue inmortalizada por la genial Luciana Giachino. Segundos después nadie recordaba nada.

Luego supe que hace muchos años una mujer esperaba un marinero amado en las ventanas de ese mismo edificio. Eran largas y tristes sus noches.

Tres lugares en uno, tres momentos y ninguno.

De casa a prostíbulo y de prostíbulo a espacio de arte. Reivindicar esos cuerpos que transitaron esas habitaciones desde una óptica diferente.